Luego de que la semana pasada Guerrero sufriera el destructivo paso del huracán Otis, las personas en todo el país han demostrado su solidaridad, en cuestión de días se han organizado centros de acopio que buscan recolectar víveres para quienes resultaron afectadas por este fenómeno.
En la historia de México la participación y apoyo de la sociedad civil ha sido fundamental para superar situaciones como estas. Las voces de las figuras públicas resultan igual de importantes, pues a través de ellas se replica la necesidad de recibir ayuda. En esta ocasión una de ellas es la del chef Eduardo Palazuelos, cuya historia no se entendería sin Acapulco.
Su vida ha estado ligada al puerto guerrerense: ahí creció y fue también ahí donde aprendió a cocinar. “Acapulco siempre ha sido un lugar que ha sido un regalo exquisito para la humanidad, hay millones de mexicanos que tienen una historia en Acapulco y hoy le están brindando una mano”, señala.
Ante el paso de Otis, Eduardo se ha sumado a las manos que buscan ayudar a las personas de las zonas afectadas en Guerrero. En sus redes sociales ha promovido los donativos a través de instituciones como la Cruz Roja y Fundación Origen, y además trabaja de la mano con The World Central Kitchen (WCK), organización dedicada a ayudar en todo el mundo en momentos de crisis como este.
Además de solicitar donaciones, el chef también se ha trasladado a Acapulco con artículos y alimentos para poder ayudar a su gente. Aunado a eso, los insumos que serían utilizados en su restaurante, Zibu, fueron puestos a disposición de WCK, que ya ha acondicionado un comedor en Tres Fuentes, en Costa Azul, para donar comidas a los afectados. “La idea es poder hacer hasta 100 mil comidas al día y repartir en varias comunidades”, señala el chef.
A través de redes sociales Eduardo Palazuelos solicitó a las personas que deseen donar, incluir contenedores y cubiertos (de preferencia ecológicos) para poder empaquetar la comida que se prepara en Central Kitchen. Además, hizo un llamado al gremio gastronómico para poder obtener un camión refrigerado que contenga proteína, lo que permitirá continuar con la labor de alimentar a los damnificados. Fundación
Respecto a los trabajadores de Zibu y Mario Canario, restaurantes de Palazuelos, el chef señaló que en Acapulco existen entre 15 mil y 21 mil personas que se dedican a la industria de la hospitalidad. Con el paso del huracán muchos de ellos han perdido su empleo. En ese sentido, ha declarado que continuará pagando los salarios de sus colaboradores mientras la tragedia pasa, al tiempo que los invita a colaborar con WCK, que paga a sus voluntarios el día de trabajo.
“Es un momento en que podemos transformar el destino de Acapulco, resurgir reinventado, con una nueva visión. Hay una oportunidad de volver a ser un destino fortalecido, podemos aprovechar esto para darle la vuelta a las cosas”, apunta el chef.