- Santiago González conquistó su título 19 ATP; en Copa Davis está más allá del bien y del mal
- Alcaraz, Tsitsipas y los caídos en el Abierto Mexicano de Tenis; reto del colombiano Álvaro Falla
POR MAURO FLORES LEDESMA
Cuentan los entendidos, que los aires por los rumbos de Miguel Ángel de Quevedo, son de aversión a que regresen “algunos” de los tenistas mexicanos que desistieron de participar en la más reciente serie de Copa Davis ante China Taipei que se realizó a principios de febrero en Metepec, Estado de México, donde el equipo mexicano fue vapuleado 3-1 por los asiáticos y que lo regresó al Grupo II mundial.
Uno de los jugadores que se mencionan como señalados con dedo flamígero, es el cordobés Santiago González Torre.
Curiosamente Santiago González Torre es el mayor referente del tenis mexicano en los últimos 20 años, a quien, como anillo al dedo, le quedó el reciente título del ATP 250 de Marsella, al lado del francés Edoaurd Roger Vasselin, y que lo lleva a la muy envidiable cifra de 19 coronas de dobles en el circuito de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP).
Muchos años han pasado desde el 2008, cuando el cordobés ganó su primer cetro en un challenger, en la modalidad de singles, en Belo Horizonte, superando nada menos que al chileno Nicolás Massú, o desde el 2003 cuando ganó su primer título de dobles en el challenger de Puebla, al lado del también mexicano Alejandro Hernández Juliá – ya retirado-. En total tiene 29 coronas de dobles en torneos challenger.
No es la primera vez que Santiago González recibe la indiferencia de los hombres de pantalón largo. Tampoco lo es, que el cetro en Marsella lo consiguió apenas dos días después de cumplir los 40 años de edad. González ha salido siempre con la raqueta en alto, quizá lo único que le queda pendiente es conseguir un título de un torneo major, al cual ha acariciado en cuatro ocasiones, en los dobles de Roland Garros 2017, al lado de Donald Young; en los dobles mixtos de Roland Garros 2012, junto a la polaca Klaudia Jans-Ignacik y en los mixtos del US Open 2013 y 2014, ambos al lado de la estadounidense Abigaiul Spears, así que nadie puede poner su calidad, profesionalismo ni palmarés.
El tenista veracruzano ha representado a nuestro país en todos los escenarios, incluidos los Juegos Panamericanos, con dos medallas de oro, una en los dobles de Santo Domingo 2003, al lado del propio Alejandro Hernández y otra en dobles mixtos, en Guadalajara 2011 junto a Ana Paula de la Peña; además de otra de bronce en los JP de Río de Janeiro 2007, junto al mexiquense Víctor Romero.
Ha participado en Juegos Olímpicos y su colaboración con el equipo mexicano de Copa Davis, desde 2001, está fuera de toda duda.
Hablar de Santiago González es rememorar una historia de éxitos, desde que consiguió, junto a Bruno Echagaray, la cima del ranking mundial juvenil en el año 2000, después de que ganaron el Orange Bowl y la Copa Mundial Yucatán.
Quizá para muchos desconocedores del tenis, hacer a un lado a Santiago González, o a otros jugadores, sea una especie de efervescencia a su miserable ego, pero, lo único que refleja es su paupérrimo sentido común.
Cuando se habla de tenis mexicano en los 20 años recientes, hay que hacerlo con el nombre de Santiago González, puede no ser querido por todos, pero se le debe reconocer su esfuerzo y sus títulos.
No sabemos cuánto tiempo el cordobés seguirá en activo, lo que si sabemos es que su nombre será recordado por las generaciones venideras. Y quién recordará el nombre de algunos de esos directivos, como no sea pare decirles “innombrables”.
RETO PARA FALLA
Estamos apenas iniciando la semana cumbre del Abierto Mexicano de Tenis y el español Carlos Alcaraz, primer sembrado de la competencia, anunció su no participación en la versión del 2023, debido a una lesión en el recién terminado ATP de Río de Janeiro donde llegó a la final.
Su nombre se une al de otras grandes figuras como Stefanos Tsitsipas, Andy Murray, Richard Gasquet, Jenson Brooksby y Reilly Opelka.
Lo anterior será un gran reto para el nuevo director del Abierto Mexicano de Tenis, el colombiano Álvaro Falla, quien tendrá que llenar los zapatos del mexicano Raúl Zurutuza, un líder que llevó este torneo a un lugar de privilegio por más de dos décadas, ¿podrá?