- * Las imperfecciones en este órgano afectan la autoestima y calidad de vida de las personas
Por el Alumno Yevgeny Alexei Palacios Alvarado, la Dra. en C. Karina Janett Juárez Rendón y la Dra. en C. Clara Ibeth Juárez Vázquez
La psoriasis es una condición de la piel no contagiosa y permanente, caracterizada por manchas escamosas plateadas con contorno rojo, que pueden ser desencadenadas casi por cualquier estímulo que traume y cause inflamación de la piel, como rascarse, inyectarse, golpearse, picaduras de mosquito y estrés, entre otras.
La presencia de esta enfermedad está dada por la participación de diversos factores, como las alteraciones genéticas, la edad, el género, la zona geográfica y la raza (caucásicos). Aunado a que es el principal padecimiento autoinmune en la piel que los propios mecanismos de defensa actúan contra el mismo cuerpo, cuya incidencia reportada es de hasta el 3% a nivel mundial.
Así mismo, se ha observado que las manchas en la piel alteran la calidad de vida del paciente al presentar descamación, sangrado, comezón y quemazón, generando en ellos una tendencia a ocultar sus lesiones dermatológicas y ocasionando trastornos psicológicos, producto de la vergüenza causada por estigmatización y exclusión de la sociedad.
Estas lesiones aparecen, sobre todo, en zonas donde roza la piel, por ejemplo, codos, axilas, cuello, palmas de las manos, plantas de los pies y en los genitales. La ansiedad y el estrés que usualmente acompañan a estos pacientes empeoran las manifestaciones físicas de la enfermedad, volviendo los síntomas más intensos como un círculo vicioso que afecta su bienestar emocional, y podría ser la causa de enfermedades psiquiátricas como la depresión.
La depresión está definida como una tristeza prolongada que causa pérdida de interés y que lleva al aislamiento social, distorsión de la imagen corporal e incluso el suicidio. En México, el INEGI establece que 22.1% de las mujeres y 12.5% de los hombres tuvieron síntomas como tristeza profunda, baja autoestima y pensamientos suicidas, por esta razón los trastornos esquizoides, depresión, ansiedad o fobias se presentan hasta en un 15% de la población, siendo la depresión una de las más frecuentes entre los 18 a 65 años, con una incidencia de 4.8%.
La enfermedad y sus afectaciones
La depresión, psoriasis y los mecanismos que las integran son muy complejos y la información disponible es contradictoria y limitada. A continuación, se describen las teorías más aceptadas:
- La psoriasis como enfermedad autoinmune promueve la secreción de citocinas proinflamatorias, que son sustancias liberadas por las dendritas, macrófagos, neutrófilos, y otras células inmunes de la piel y otros tejidos, en concentraciones elevadas causan altos niveles del neurotransmisor setonina que deprime al sistema nervioso.
La principal citocina es el TNF-a que en psoriasis promueve el rápido crecimiento de la piel e inflamación que observamos como escamas rojizas, mientras que en depresión desempeña una función en la síntesis de neurotransmisores y las vainas de mielina. De esta forma, los niveles anormales también contribuyen a una alterada comunicación entre las neuronas.
- 2. La deficiencia de vitamina D3 es una teoría poco discutida; esta vitamina está implicada en la diferenciación y división de los queratinocitos y ahí que su administración en pacientes con psoriasis se relaciona positivamente a menor aparición de placas escamosas. A su vez, este componente lo encontramos en los neurotransmisores, y sus bajos niveles también se han relacionado en promover altas concentraciones de citocinas proinflamatorias y pocas concentraciones de células T reguladoras que provocan las manchas psoriásicas.
En conclusión, ambos padecimientos comparten mecanismos que afectan el sistema inmune que el tratamiento dual podría o no disminuir las manifestaciones clínicas de las enfermedades. Bajo este mismo fin, debemos vigilar la salud emocional de los pacientes con psoriasis para prevenir que desarrollen trastornos psiquiátricos que afecten su calidad de vida.