Juan Pablo no da un paso sin guarache.
Por: José Cruz Delgado
Hay políticos que se sienten Mesías, como es el caso de caso de Andrés Manuel López Obrador que promete un nuevo paraíso a los mexicanos de llegar a la Presidencia de México, sobre todo un paraíso para los pobres, empresarios y para los que nunca han tenido nada más pobreza.
El populismo es el arma principal de López Obrador y ha sabido utilizarlo a tal grado que el fanatismo se ha apoderado de cientos de miles de personas que adoran al dueño de Morena, quien por cierto critica a una mafia del poder porque él no pudo pertenecer a ella cuando pertenecía al Partido Revolucionario Institucional y desde entonces se llenó de odio.
Ese paraíso que promete jamás será para los que ha logrado convencer con su discurso populista y enfermo porque será uno más del montón como lo fueron Vicente Fox o Felipe Calderón. Por cierto Fox prometió acabar con las pensiones de los ex presidentes pero la tentación fue mucha y ni las quitó ni renunció a ella.
Puro pico.
No nos dejemos engañar por los falsos profetas de la política que pregonan a los cuatro vientos cambios de toda índole, no se puede creer en un Andrés Manuel López Obrador que busca la Presidencia de México para satisfacer su ego personal porque su orgullo está lastimado y busca la revancha y porque se siente dueño de la verdad absoluta.
Que Dios nos agarre confesados si llega a la Presidencia, seguramente habrá una cacería de brujas y creará otra Santa Inquisición para quemar en hoguera y con leña verde a quien no piense igual que él, seguramente llenaría las cárceles de políticos para él corruptos que harán falta espacios y hasta crearía campos de concentración.
La pregunta es ¿castigaría por igual a los funcionarios de su gabinete o a los que actualmente han caído en la corrupción?
¿Claro que no!
Posiblemente hasta se convertiría en el abogado del Diablo y los defendería a pesar de pruebas irrefutables en su contra porque se siente el único dueño de la verdad y pobre de aquel que le lleve la contraria porque lo llevaría ante el Santo Oficio.
Y bueno, siguiendo el tema. Resulta que el diputado local por el PRD, Juan Pablo Puebla Arévalo, presentó su renuncia a ese instituto político para irse con Morena, pero no renunció por nada, como ya le falta poco para terminar su gris gestión como legislador pues busca otro cargo de elección popular, ya sea como diputado federal o de perdida presidente municipal de Zacapu.
Y no sólo muestra su ingratitud al partido que lo llevó al poder, sino que invitó a sus ex correligionarios a rebelarse para que no pase la derecha y bueno como López Obrador agarra toda la morralla pues se le unió Juan Pablo tras 17 años como perredista.
No da un paso sin guarache este gris legislador local.
Cambiando el tema, sucede que las acciones de protesta emprendidas por maestros y empleados de la Universidad Michoacana están unificando a la base estudiantil.
¡Pero en su contra!
Desde hace tiempo, los profesores y empleados están de brazos caídos y están en riesgo los estudiantes de perder el semestre, pero al igual que a los de la CNTE, no les importa.